Después de una larga temporada
por fin disfrute de unas más que merecidas vacaciones. Fueron unos días de
descanso y relax en Mallorca. La verdad que muy merecidos para toda la familia.
Pero no solo eso, también lo fueron muy divertidos compartiendo estos días con la familia Ostale.
Visitamos Palma, con su imponente catedral y Castillo, el acuario, las cuevas del Drach y una ruta turística en un autobús de línea que dio una vuelta más que considerable debido a que estaban cortadas las calles por las procesiones de semana santa.
(Mi hijo besando el escudo del Real Zaragoza)
(Algún día os hablare de este pato.)
Nuestro apartamento estaba
situado en la zona del Arenal, una zona muy turística, sobre todo para los alemanes.
Estábamos de Vacaciones en España, pero estábamos rodeados de bares de comida Alemana,
con menús únicamente en Alemán. Fuimos a alquilar un coche, y nos hablaron
primero en Ingles. Tan extremista fue la situación, que nos fue hasta difícil encontrar
un bar para poder ver el partido Zaragoza – Real Madrid.
Después de las vacaciones la
vuelta a Irlanda, con mi mujer e hijo por unos días más. La vuelta a Dublín,
cuanto menos fue extraña, en el autobús al centro había por lo menos 25
personas hispano parlantes…. El mundo al revés.