miércoles, 5 de septiembre de 2012

An unforgetable weekend!!


Ha sido un fin de semana espectacular. Si hay que poner un pero, diremos que habría estado bien tener alguna horita más para dormir. De cualquier modo, increíble. Muchas Gracias Kimazu y Ratilla, de verdad que necesitaba algo así.



Voy a intentar plasmar un poquito lo ocurrido día a día.

El jueves fue el día de la llegada. El día se me paso rapidísimo con la emoción de la visita. Cuando llegue al aeropuerto, el vuelo había sido retrasado y tuve que esperar una hora eterna, pero al final estaban allí. Desde ese momento supe que el fin de semana iba a ser genial. De camino a casa, hicimos una parada técnica, en frente del puente de O’connel Street, para tomarnos unas pizzas con nuestras primeras cervezas del viaje. Retornamos a casa a las 12, dejamos todo en casa, e intentamos tomar una cerveza por Dundrum. Sorpresivamente encontramos una discoteca, que nos mantuvo ocupados hasta las 3 de la mañana.

El Viernes, me toco ir a currelar, mientras mis queridos amigos hacían un poco de turismo por Dublín. Al finalizar la jornada, estuvimos un rato en casa, echando unos gin tonic, cenando y preparándonos para una incursión nocturna en Temple Bar. Después de recorrer varios garitos, acabamos en un Nightclub discotequera. Aquello parecía Vietnam. Al finalizar a las 3 de la mañana, buscamos empedernidamente un lugar donde continuar la marcha. En google, habíamos encontrado información acerca de una cosa llamada Wine Bar, pero mito o realidad, no encontramos nada, y volvimos a casa, que el sábado había que visitar cósicas… Fue la primera vez que google se rio de nosotros, pero no la última.

El Sábado  era un dia de visitas obligadas. Primero toco ir a visitar la Guinnes Storehouse, y después la Jameson Destillery. Lugar donde el maestro Kimazu obtuvo un diploma oficial como experto catador de Whisky. Después de eso, y ante la imposibilidad de ver el futbol (Zaragoza - Málaga) en ningún lado, por culpa de la final de futbol gaélico, vimos el partido en casa. Allí me llamaron de Aragón Radio, antes y después del partido, para la sección Zaragocistas en el extranjero. Mi segundo salto a los medios. Acabado el partido fuimos a tomar unas cervezas con mis amigos Hispano Irlandeses. Sobre las 12 de la noche, google nos mandó a buscar un bar de música latina. Gracias a mi orientación llegamos enseguida. El bar estaba en frente del puente Halfpenny, y resulto ser un bar de lo más típico Irlandés, con música en directo. Dicen que google dominara el mundo, pero esta vez se nos volvió a reír en la cara. Deprimidos como estábamos tuvimos seguimos la fiesta hasta que cerraron las calles. Por supuesto, de camino a casa cogimos unas hamburguesas de 1 euro en McDonalds.










El domingo alquilamos un coche. El destino, Galway y los acantilados de Moher. A pesar de los contratiempos con el GPS, que primero nos dirigía hacia Belfast, luego nos dimos cuenta que no cargaba y se estaba quedando sin batería y al volver por la noche no era capaz de encontrar la dirección de nuestro apartamento conseguimos nuestro objetivo. Los acantilados de Moher, son un sitio espectacular. Pasamos más de 3 horas recorriéndolos, haciendo fotos y disfrutando del paisaje. Además creo que nos salió el mejor día posible que se puede pedir allí, porque da la impresión de que es imposible que salga el sol… Antes de llegar a Galway hicimos una breve parada en el castillo de Dungairey finalmente pasamos unas horas en Galway, una ciudad que sin ser espectacular, tiene un encanto especial. Además es ciudad universitaria, y se ve un ambiente que daban ganas de salir de fiesta. Por cierto hize un gran descubrimiento, una cerveza llamada Caledonia Smooth. Cuando conseguimos llegar a casa, intentamos tomar la última, pero en domingo ya fue imposible encontrar nada abierto a las 12.30 de la madrugada.

















Con esto acabo esta visita, que se volvió hacia Espana el Lunes, sin ningún imprevisto. Muchas anécdotas que se quedan en el tintero, muchas risas, y muchos ratos buenos que quedaran para siempre en mi corazón.

Y para finalizar una canción que marcara el devenir de nuestras vidas y que con el tiempo bailaremos juntos en una coreografía sincronizada, Ratilla, Kimazu y yo. ¿Dónde? Tal vez sea en Romareda ‘el encuentro’ o en Escocia. Quien sabe…


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